Opinión

SOMOS NUESTRA MEMORIA ¿QUIÉN CUIDA A LOS CUIDADORES?

Por Boris González Ceja

Lucía es una mujer de 38 años que reside en Jalisco y ha estado trabajando como enfermera con múltiples contratos eventuales, actualmente con la promesa de basificación por el IMSS Bienestar, pero aún no ha podido obtener una plaza, por lo que sigue con la angustia de la precarización laboral. Vive con su marido que se encuentra desempleado y su hijo adolescente de 14 años. Cuando va con su médico le dice que está preocupada porque ya no se siente ella misma, siente desmotivación y una tristeza continua.

El desgaste profesional es distinto cuando el campo de trabajo tiene que ver con la atención a la población víctima de violencia, esta labor puede considerarse como una profesión de alto riesgo, lo que implica estar expuesto en mayor grado a un estado de agotamiento emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro y pérdida de la identidad personal.

En nuestra experiencia hemos observado una notable prevalencia de trastorno de estrés postraumático en personal que atiende a familiares de desaparecidos y sobrevivientes de la tortura, que se cuentan por cientos de miles en México. Por lo anterior, es de vital importancia que los cuidadores conozcan métodos de autocuidado, tomar precauciones, del mismo modo que los trabajadores que desempeñan trabajos peligrosos directos como policías o militares.

El Estrés Asistencial (SEA) aqueja a varias personas que se dedican al cuidado, ayuda y apoyo de poblaciones vulnerables, el cual provoca un importante desgaste, ineficacia, abatimiento, sentimiento de estar exhausto, depresión, hostilidad, pérdida de empatía, cinismo, indefensión, despersonalización, agotamiento emocional, culpabilidad, desesperanza, tedio, disgusto, todo lo anterior debido a las demandas excesivas de energía, fuerza o recursos, o por las tareas propias del trabajo, con pérdida de interés y satisfacción laborales.

Tratamos con un estrés crónico propio de las profesiones de servicio caracterizadas por una atención intensa y prolongada con personas en estado de necesidad o dependencia, con consecuencias negativas para sus acompañantes y familias. Las condiciones en el trabajo pueden influir en el desgaste del personal asistencial, de manera que se puede afirmar que, si el lugar de trabajo es hostil, se constituye en un medio ambiente demandante en cuanto a lo psicológico y con incidencias para la personalidad y la institución, así como desgaste familiar.

Consideramos que los equipos de trabajo de cualquier empresa o institución gubernamental,  deben desarrollar actividades para reforzar las habilidades socioemocionales entre su personal, ya que tiene efectos positivos a mediano plazo en las personas y la institución. Esto implica considerar dentro de las funciones de los operadores el poder “descomprimirse” con un colega durante las horas de trabajo, idealmente en forma inmediata a la recepción de relatos traumatizantes, darle atención al sufrimiento humano y no dar por hecho de que las y los miembros del equipo pueden con eso por ser profesionistas, por ser mujeres o por cualquier otro supuesto como ser psicólogo.

Para atender el burnout sugiero organizar espacios en que todo el equipo tenga la oportunidad de hablar sobre temas relacionados con el autocuidado, esto puede ser en reuniones técnicas, supervisiones de casos, reuniones clínicas, sesiones de meditación, atención psicológica individual y grupal, entre otros, siempre con un sentido ético del cuidado individual y cuidado de los demás.

El compartir la responsabilidad de las acciones y decisiones que ponen en riesgo la vida e integridad de los profesionales es un esfuerzo que cohesiona al grupo, lo hace más fuerte y eficiente para responder a los retos que les convoca. El establecimiento de relaciones de confianza entre los miembros del equipo permite que se logren acciones sostenibles. Esto pasa por la generación de espacios de distensión para el equipo, que permita una interacción más libre y no relacionada solamente con las temáticas de trabajo.

Para abonar a la solución del problema de descuidos de los trabajadores, les regalo el Manual de Autocuidado que tuve la oportunidad de hacer con la Embaja de Alemania: https://psicologiaydesarrollocomunitario.com/biblioteca/

Causas y azares…

  • La nueva pandemia es la ansiedad, por lo que se requieren más que promesas de los políticos para dar respuesta en los municipios y los Estados.
  • La recomendación de esta semana es la película que lleva por nombre Persona, de Ingmar Bergman, un clásico del cine de arte que nos enseña como las personas enferman en psicología.
  • Los servicios de salud se encuentran secuestrados por una camarilla que no los dejan llegar a la gente más necesitada. Por ejemplo, sino tienes acceso a servicios públicos de urgencia de salud mental para tus hijos y familiares, no está funcionando la política pública.

Hasta la próxima, que la muerte es una vida vivida.

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