Cuando hablamos de sindicalismo, de manera inmediata nos remitimos a la defensa de los derechos de los trabajadores, sin embargo hablar de sindicalismo en estos tiempos resulta una posición compleja que requiere liderazgo, acuerdos y sentido social; quienes han transitado por la vida sindical entenderán perfectamente a lo que me refiero en este artículo.
La pandemia del Covid-19 en nuestro país ha obligado a adoptar determinadas medidas que están generando perjuicios a la clase trabajadora, comenzando con las situaciones de riesgo en su salud y sobre todo para la salud pública, la cual conlleva la realización de la prestación laboral en determinados puestos de trabajo y la falta de medidas preventivas que deben de ser adoptadas por parte de las empresas y empresarios.
La industrialización, la modernidad, la era digital y ahora una pandemia han puesto al sindicalismo en una encrucijada, en la cual su reconfiguración (obligada) tendrá que ir de la mano de la sociedad, trazando una ruta de trabajo “diferente”, sin dejar de lado el objetivo por el cual fue creado; hoy en día el sindicalismo debe de ser propositivo, afín a los intereses de la sociedad y particularmente al de los trabajadores, un sindicalismo innovador, moderno, comprometido y con capacidad de diálogo y acuerdo; esto sin perder de vista a las nuevas generaciones.
Desafortunadamente la actual política económica ha ido mermando el poder adquisitivo de la clase trabajadora y peor aún, no se vislumbra una mejoría al corto plazo, es por eso que las organizaciones sindicales están obligadas hoy en día a reconstituirse en un ente que proponga de manera conjunta con las áreas generadoras de empleos alternativas acorde a los tiempos actuales.
El papel del sindicalismo es y ha sido fundamental durante gran parte de los tiempos modernos, y hoy no es la excepción, pese a las circunstancias, el camino cuesta arriba es largo y no por eso se deberá de claudicar en la lucha por mejorar las condiciones de los trabajadores, que hoy en tiempos de pandemia requieren de nuevos esquemas que garanticen tanto la seguridad sanitaria en cumplimiento de las normas oficiales (NOM), como el acceso a los derechos y servicios básicos de cualquier persona.
Hoy debemos caminar de la mano para que juntos podamos generar más y mejores condiciones laborales en un entorno de participación constante y comprometida.
Obligados estamos.