Por: Felipe Hernández González,
Me siento feliz de ser Mexicano y lo digo con orgullo, porque mi pueblo es bueno, se preocupa por atender a sus enfermos, a sus ancianos, a los más necesitados.
Quien ha sentido la ayuda desinteresada de alguien en tiempos difíciles sabe muy bien de lo que estoy hablando.
Estos valores se aprenden desde el seno familiar, dónde las primeras palabras que se nos enseñan son a pedir las cosas por favor y a dar las gracias.
No perdamos ese espíritu generoso que ha formado por siglos la esencia nacional.
Aprovechemos estás fechas decembrinas, son ideales para enseñar a nuestros hijos el valor de *la caridad fraterna.
Enseñalos a desprenderse con facilidad de las cosas materiales, esto hará que los bienes no se conviertan en males, dónde los hermanos casi se matan por las herencias, invítalo a regalarle una cobija a alguien que viva en la calle, Que regale uno de sus juguetes de los muchos que tiene que niños desatendidos hay muchos.
Si en tu ancianidad te gustaría estar cerca de tus hijos, hazlos concientes de las necesidades ajenas, que visiten a los ancianos y enfermos que están abandonados, todo esto le traerá a toda tu familia muchas bendiciones.
Inculcale el respeto a todos. *El valor del respeto* es uno de los más importantes, si tú hablas mal de su maestra o de cualquier otra persona delante de tu hijo, le estarás enseñando a no respetar la autoridad y a que nadie es más importante que el, después no preguntes porque es capaz de levantarte la voz o de abandonarte en tu ancianidad.
Exígele el *valor del esfuerzo* y le estarás garantizando su futuro. Que haga el bien todo lo que le corresponda en el lugar donde se desenvuelva, esa debe ser la premisa.
Si así obráramos todos, México sería diferente. Necesitamos buenos médicos, pero médicos con vocación que se preocupen por aliviar el sufrimiento ajeno, no solo por aumentar sus finanzas. Todo esto se logra inculcando estos valores a tus hijos. Necesitamos una sociedad dónde se recompense el esfuerzo. Que los jardineros, los albañiles y todos los que ejerzan cualquier oficio lo hagan a conciencia.
México necesita gobernantes *incorrupibles* que se preocupen realmente en engrandecer a su gente más que acumular riquezas.
Necesitamos empresarios que piensen en mejorar sus comunidades ofreciendo empleos bien pagados, maestros que amén a sus alumnos y alumnos que respeten a sus maestros, necesitamos profecionistas con ética que pongan al servicio de toda la sociedad sus conocimientos, solo así podremos sacar a México del hoyo en que se encuentra.
*Siembra en tus hijos buenos pensamientos y les heredaras grandes valores, siembra valores y los convertirás en buenas personas, haz de tus hijos buenas personas y cosecharás su felicidad y no solo la de ellos sino también la tuya, partiras de este mundo satisfecho por haber dejado Buenos ciudadanos no solo para este mundo sino también para el cielo.