Por JUAN CARLOS HERNANDEZ A.
Se ha dicho que México es un país fuerte, con tradiciones únicas y acentuadas costumbres y ello ha permitido ser y hacer como somos y actuamos. De lo que si estamos ciertos es que somos originales en todo. Menos en fumárnosla.
La noticia de que se ha aprobado la regulación y despenalización del uso lúdico de la marihuana en todo el país no cayó bien en algunos sectores de la sociedad, como algunos partidos políticos, padres y madres de familia, así como instituciones religiosas, entre otras instancias.
Y es que en “aras de la libertad” se introduce la idea de que sea esta planta usada con más legitimidad y no prohibición, pero ya en plan comercial y de plano abiertamente se otorgue la posibilidad de que se ofrezca ya como un producto más dentro de la “canasta básica del vicio” que seguro ya tiene su mercado de algunos, no sé si muchos, que gustan de fumarse el olvido de las penas con un cigarrito de hierba mala.
Bueno cada quien sus gustos, aunque no estoy cierto que autorizando este uso se acabe con la violencia, con los problemas de salud, o se vaya a mejorar la economía, precisamente porque entraremos a una nueva etapa de probar y errar, hasta no saber qué y cuáles consecuencias se presentarán.
Aunque ciertamente tiene algunos candados, no siempre se respetarán, porque nuestra cultura es de conseguir lo que se necesite, aunque se prohíba, y por desgracia, se puede dar el consumo de esta hierba a mayor escala, pues se producirá en casa el plantío autorizado. Y de no haberlo de todos modos habrá quien la ofrezca en el mercado, negro o blanco, pero existirá la posibilidad.
La curiosidad mato al gato, y lo mismo la proximidad inmediata de la hierba verde puede si no matar, si perjudicar a cientos de miles de usuarios, que con mayor accesibilidad a ella pueden hacerse asiduos consumidores y ello por supuesto considérelo como un problema de salud pública, al tiempo.
No es de mi mayor consideración criminalizar a quien guste de este ejercicio de fumársela, lo deseable es que se hubiese contemplado el uso medicinal, para hacer el bien a las personas. Probada científicamente está que la planta sí funciona, para sanar. Empero el Senado ya la aprobó, pero será el Congreso de la Unión quienes tendrán hasta diciembre para culminar la legislación.
En la propuesta de Ley Federal para la Regulación del Cannabis no se habla de “consumo lúdico” ni “recreativo”, sino de “consumo adulto” que interesante termino, cuando ese “adulto” sea perjudicado en su cerebro, por la continua “fumada” y se quede a modo zombi, cómo se le tomará en cuenta su raciocinio, ¿cómo de un chaval adolescente? ¿Acaso pasará a ser parte de la estadística de atención para las instancias de salud pública? Es probable que sí. Y en este caso qué tan responsable se puede hacer una persona, que ya en vicio o necesidad de consumir, pueda que se le olvide la parte de responsabilidad sobre el consumo y a costa de lo que sea quiera conseguir más.
Qué tanto se convertirá en un problema de salud, no lo sabemos, quién lo sabe; augurar un México prospero luego de que suba el porcentaje de consumidores, no lo creo, salvo para quienes de manera empresarial la puedan vender, pues se regula la comercialización e incluso la exportación e importación.
En definitivo la legalización de la hierba verde no será un solución a los ya múltiples problemas con los que enfrentamos el día a día; en verdad creo que México necesita soluciones. Por ejemplo, alguien realizó un estudio de lo negativo de este consumo.
Mexicanos juntos definamos cómo salimos de esta: ser felices sin alucinar. ¿O usted qué cree?
*El autor es Master en Gestión Social y Políticas Públicas.