Por J. Antonio Gloria M.
Razones sobran para estar inquietos e inconformes con la situación que vivimos en nuestro país. Ciertamente una parte es culpa de la pandemia. El resto de las crisis que vivimos es causada por las malas decisiones del gobierno, decisiones políticas.
La pandemia generó una crisis de salud. Pero el pésimo manejo de la misma, la opacidad en las cuentas, las estadísticas que presenta el sector salud y la falta de apoyo a médicos y enfermeras por parte de quien está obligado a darle los recursos y elementos para que cumpla su función, es el gobierno federal. Y falló. Sigue fallando.
La crisis económica que afectó a muchas empresas y personas se incrementó por las terribles medidas que ha tomado el gobierno federal, y que usted, amable lector, conoce y no haría falta enunciar, pero aquí anotamos algunas tal como las publicó un editorialista afín a López Obrador sólo como botón de muestra:
“Un hermano suyo fue captado en un video comprometedor, hizo un sorteo de un avión sin avión, canceló un aeropuerto semiconstruido, alabó a Donald Trump y le hizo el trabajo sucio con los centroamericanos, nos hemos convertido en el cuarto país en número de muertos por la pandemia a la que el Presidente describió como algo que nos venía como anillo al dedo, ha tenido desencuentros con feministas, con intelectuales, artistas y científicos, con ecologistas, con los principales medios de comunicación y con empresarios. Hemos vivido el peor año del que tengamos memoria los mexicanos y no obstante, contra toda lógica aparente, el mandatario no ha perdido el apoyo de sus seguidores que, dicho sea de paso, por su pobreza han sufrido más que otros sectores. “
https://www.milenio.com/opinion/jorge-zepeda-patterson/pensandolo-bien/la-fidelidad-de-los-amlovers
Anotamos todo esto para señalar algo que la razón nos dicta, pero que tal vez el corazón de algunos resentidos sociales no acepta: ¡¡Morena es un peligro!!
Ante ese escenario, en lo nacional, urgen acuerdos serios entre los partidos políticos de oposición para enfrentar a Morena y sus aliados. Es censurable el egoismo y la visión tan corta de dirigentes nacionales que no aceptan una alianza tratando de que su partido, por cierto sin presencia nacional, se convierta en la principal oposición…o al menos ese es el supuesto argumento, que deja un tufo a traición y a acuerdos con Morena y el gobierno federal.
A nivel local, al Partido Acción Nacional no le urge hacer alianza con nadie, es más, a la luz de los acuerdos vergonzosos de 2018, le conviene ir solo a las elecciones. Recordemos que en 2018 una negociación dejó al candidato presidencial del PAN/MC en una postura incómoda y confusa de apoyar al candidato a gobernador de MC y no al del PAN. Absurdo.
Ahora, a quien le debe preocupar una alianza local es al gobierno del estado que debe buscar la gobernabilidad. A quien gobierna si le debe de preocupar el avance de Morena, en lo federal y en lo local. Al PAN, le debe preocupar dejar el lugar que tiene y recuperar la confianza de los ciudadanos, y con buenos candidatos a las alcaldías y diputaciones, esa confianza puede dar sorpresas. Pero subrayo, buenos candidatos, no personas que han sido demasiado conocidas y no por sus exitos políticos o profesionales, sino por su mediocridad, escándalos y traiciones.
Es tiempo en que el PAN abra sus filas y sus candidaturas a gente que la sociedad conozca y reconozca por sus logros. Que busque de nuevo aquella confianza que nos llevó a gobernar tres sexenios y que errores de estrategia, sensibilidad y de contacto con la gente, nos llevó a perder.
Y si la decisión fuera hacer alianzas en Jalisco, que las negociaciones sean de altura, que beneficien a Jalisco, a la gente, y al PAN, y no a un pequeño grupo que sólo ve sus intereses y negocios. Como alguien dijo, “el problema no es con quien hagas alianza, el problema es a espaldas de quien lo hagas.”
El asunto es, que lo candidatos que los partidos presenten a la sociedad en la siguiente elección, sean gente de bien, no interesados en sus negocios; sean políticos con vocación de servicio y no vividores de la política; sean gente preparada y capaz de hacer las cosas bien en el puesto que aspiran y no irresponsables que solo saben moverse en las redes para buscar algo de popularidad. Que sean políticos que realmente quieran hacer algo por sacar a la gente de la pobreza y no mantenerlos ahí para manipularlos. Necesitamos políticos que honren la política.
