ENTRE SEMANA
Por: Julio César Hernández
Leí en días pasados en Twitter una original frase: “El que a video mata, a video muerte”, parafraseando parte de la frase que Jesús dijo a quien estaba con él al pedirle que guardara su espada porque “el que a hierro mata a hierro muere” (Evangelio según San Mateo).
Por supuesto la parodia se dio a raíz de la guerra de videos que se desató días atrás en los que se observa la entrega de dinero en maletas o bolsas a políticos a colaboradores de funcionarios públicos como los senadores del PAN o a un hermano del presidente Andrés Manuel López Obrador, a los que los involucrados le dieron la interpretación que más les convino, incurriendo, sin embargo, en aquello de ver “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.
Mucho se ha hablado ya de estos videos y de lo que ahí vimos, así como de las consecuencias que han arrojado. Pero más allá de la corrupción en su apogeo que con lo ahí proyectado se refleja, siendo hechos consumados varios años atrás, preocupa que hayan sido revelados en estos momentos cuando el país aún enfrenta lo más grave de la pandemia del coronavirus, como es el incremento de contagios y de muertes por su causa, y nuestra economía se encuentra por los suelos.
Pero estos videos logran levantar una “cortina de humo”, distraer a la sociedad y provocar el enfrentamiento de las diversas fuerzas políticas y del gobierno, cuando nos preparamos para entrar a un proceso electoral en el que estará en juego la mayoría de la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas, en junio del 2021. Y es que si esta guerra de videos se da cuando aún faltan meses para el arranque de las campañas, ¿qué podemos esperarnos cuando estemos dentro de ellas? ¿Más videos donde confirmemos la degradación mayor de la política en nuestro país? ¿El nivel de pandilleros de nuestros políticos? ¿La suciedad que se reparte apenas se enciende el ventilador de la política?
¿Este nivel de hacer política es el que se merecen los ciudadanos? ¿Debemos atestiguar cómo los partidos políticos se hunden en el lodo del desprestigio, al que también se une el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, e incluso el propio Presidente de la República? ¿No nos merecemos los mexicanos políticos profesionales que le den nivel a la política? Por supuesto que sí, y creo que aún hay tiempo para rectificar.
Sin embargo, debo de ser realista y entender que las redes sociales se convertirán en la arena de una larga y profunda guerra sucia entre los adversarios políticos, y que será de nosotros los ciudadanos darle un mejor cause, exigiendo a nuestros gobernantes y políticos se concentren en la solución de los agudos problemas que enfrenta el país.
Ya llegará el momento de las campañas proselitistas, pero con la actuación que hoy tienen los partidos políticos y los políticos mismos, a lo único que están invitando es a que la ciudadanía no acuda a las urnas, a que quizás sea el abstencionismo el gran ganador de los comicios del año próximo.
Ojalá y no, pero al tiempo…
