Por Dr. Ulises Hernández
Nostálgicos momentos cuando nos reuníamos en subcomités, comités municipales e inclusive en el Olimpo Comité Estatal donde los aposentos de los jerarcas del partido disponían de una autoridad moral que hacían temblar a más de alguno, el respeto al interior del partido no se daba a nadie, se ganaba a pulso, la legitimidad era incuestionable.
La afiliación al PAN era toda una osadía, quien lograba pasar todos esos requisitos era porque realmente quería participar en el. ¿Quién no recuerda asambleas o convenciones maratónicas que iniciaban a las 9:00 de la mañana y llegaban a terminar en la madrugada del día siguiente?, permaneciendo el quórum casi intacto, asambleas o convenciones de 5 y hasta 10 candidatos, que ronda tras ronda permitía eliminar a unos y fortalecer a otros, donde el diálogo y la negociación era la diferencia entre ganar o perder.
Para 1994 el PAN en Jalisco se posiciona como una verdadera amenaza al oficialismo, pues en esa elección de 20 distritos el PAN logró arrebatarle 10 al PRI y un cerrado margen en el senado. Para 1995 el PAN ya se había quedado con la Gubernatura, 56 municipios (Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque; Puerto Vallarta, Tlajomulco).
Ante este mar de oportunidades, los oportunistas llegaron a entender el esquema de selección de candidatos, posicionarse ante los pequeños padrones de miembros activos, sobre todo a entender que era mas difícil la elección interna que la constitucional, por ello la flexibilidad desde las cúpulas partidistas de la afiliación y con ello la inflación de miembros activos, creando una competencia por quien tenía mayor habilidad de afiliar que de formar panistas, todo ello nos llevo al 2009 al peor descalabro desde que el PAN tenía el poder, dejando con ello a esa generación perdida, la de los jóvenes que trabajaron en la elección de Fox, dar la pelea en la elección de Calderón, esperando que 2009 o 2012 fuera su momento, siendo que en 1994 aparecieron los neopanistas, opus dei, contrarios al ala tradicional del PAN, posteriormente para el 2000 aparecen los Yunques, posicionándose en diversos gobiernos y cargos partidistas, la llegada de Germán Martínez en 2008 dio aires de esperanza de esa generación que rompía con todas las demás, pero la derrota de 2009 acabo con esos aires y un grupo comenzó a tomar el poder, se empezaron a modificar los estatutos, desaparecieron las asambleas y convenciones tradicionales, se empezaron a hacer elecciones abiertas y hasta que la designación y el dedazo han sido los métodos de elección del PAN, la generación perdida solo tiene posibilidades de acceder a los cargos de elección, si y solo si, alguno de los que decide en la mesa se cuenta con su aval y es barajeado el nombre, anteriormente en una asamblea o convención, cualquier panista tenía posibilidades de acceder mediante el proceso interno, hoy parece que estamos lejos, inclusive hasta para decidir si queremos ir o no en alianza, y de ser así, hasta ser ´palomeados¨ por quien encabezara dicha alianza. ¿así de jodidos estamos?
Si, así de jodidos estamos. 2021 puede ser un extraordinario año para el PAN, claro, si se actúa de manera inteligente, podemos ganar muchos espacios perdidos a pesar de nosotros, el problema es no vender barato el capital político, los pocos o muchos panistas que quedamos debemos manifestar a nuestros líderes y dirigentes la inquietud de trabajar y competir. Esa generación perdida puede encontrar su rumbo, pero luego se acordará que tiene que pedir permiso si quiere provocar una revolución partidista.