Mtra. Gabriela Cárdenas (Regidora reelecta en Zapopan)
En nuestro país siempre ha representado un reto mayúsculo el rezago educativo. Más de 30 millones de personas padecen esta realidad (según datos del INEGI). La educación es uno de los principales factores para alcanzar el bienestar de la población y que nadie se quede atrás.
La pandemia, el aislamiento social y la educación a distancia, evidenciaron y agudizaron las brechas educativas y digitales. El ciclo escolar que arrancó en la era del COVID-19, tendrá como principal medio la radio y televisión. Un modelo cuestionado por personas expertas por la falta de perspectiva de género, social y pedagógica.
¿Cómo van a desarrollar de forma integral habilidades socioemocionales nuestras niñas y niños? ¿Cuántas mujeres tendrán una triple jornada entre tareas domésticas, trabajo remunerado y escuela en casa? ¿Cómo será la brecha entre un sector privilegiado que tiene posibilidad de adquirir dispositivos electrónicos, internet, televisores, pagar clases de regularización, y quiénes viven en comunidades indígenas o situación de vulnerabilidad económica?
Había una oportunidad muy valiosa para que se replanteara todo el sistema de educación pública en México, y por el contrario, pudiéramos ir rompiendo con las brechas sociales y los rezagos educativos. Una oportunidad para que fuera una estrategia integral que más allá de sólo invertir en las transmisiones televisivas, que pudiera acompañarse de remuneraciones a madres de familia, de programas sociales para dotar de herramientas digitales, de poner todo el presupuesto necesario para sacar adelante a una generación de estudiantes.
El Gobierno Federal dejó a la suerte a docentes, a familias, pero lo más grave, dejó a la suerte el desarrollo educativo de nuestras niñas y niños. Sin duda, es más fácil organizar una rifa de un avión presidencial que gobernar para reducir incertidumbres.