Por: Juan Antonio García
La bomba explotó, Emilio Lozoya se encuentra como testigo protegido de la Fiscalía General de la República, lo que se traduce en que lo que sabe lo hace muy importante en el contexto de diferentes averiguaciones que para el combate a la corrupción de pasadas administraciones se llevan como bandera desde el palacio nacional.
Pero primero, ¿Quién es Emilio Lozoya? Es licenciado en Economía por el ITAM, licenciado en derecho por la UNAM, con una maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard, hijo de un ex secretario de Energía en el periodo de Carlos Salinas de Gortari y nieto de un ex gobernador de Chihuahua, su primer cargo fue como analista en el Banco de México, fue presidente para América latina del Foro Económico Mundial, y miembro del Consejo de la empresa internacional OHL, para luego llegar a PEMEX de la mano de Enrique Peña Nieto.
Hasta ese momento la presencia de Emilio en el gabinete de Peña Nieto reflejaba lo que era su fachada electoral, jóvenes, preparados y exitosos, hasta ahí todo era un cuento de príncipes valientes, ya que uno de sus primeros logros fue que pasara la reforma energética con el consenso de casi todas las fuerzas políticas.
Pero llego el 2017 donde algo se rompió en la cúpula del poder y fue requerido por parte de la entonces Procuraduría General de la República por haber supuestamente recibido un soborno por 10 millones de dólares de la empresa brasileña ODEBRECHT, como lo señalo el diario O ‘Globo que en su investigación afirmo ese hecho y desata la reacción de la presidencia de la república, procediendo la Secretaria de la Función Pública a inhabilitarlo por 10 años como sanción por el manejo de las licitaciones que permitieron a la mencionada empresa brasileña adjudicarse contratos por 115 millones de dólares para el mantenimiento de una refinería en el estado de Hidalgo y posteriormente al congelamiento de todas sus cuentas bancarias y activos por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera, en ese momento se pudo saber de las irregularidades en la compra de Fertinal y la planta de hidrogenados, agregando más inconsistencias y presuntos desvíos por parte del funcionario a su ya larga lista de irregularidades.
El año pasado le fue girada orden de aprehensión a él, su madre, esposa y hermana, así como una ficha roja de interpol para buscarle en más de 190 países, fue detenido en España el 12 de enero de este año y extraditado a México el 17 de este mes.
De inmediato se da cuenta que no ingresó a un reclusorio sino a un hospital y después se señalo como testigo protegido, y he ahí donde las bombas empiezan a caer, señala que la reforma energética salió a fuerza de millones a los diversos grupos políticos en las cámaras, así como la directa intervención de cúpulas priistas en la corrupción que escandalizó en la pasada administración y que acompaña a sus dichos horas de grabaciones y videos que lo demuestran, hasta ahora la información sale a cuenta gotas, pero las repercusiones ya se sienten en el sistema político mexicanos, se respira temor por una parte y satisfacción por parte de MORENA, con esa sonrisa del que puede decir “Se los dije”, la cloaca apenas se está abriendo, saldrán muchas más cosas, y caerán muchos personajes en desgracia, ¿Quién pierde? Sin duda alguna el Priismo que gobernó en los tiempos de Lozoya, las cúpulas que regían al PAN en ese momento y veamos quien mas caen en esta red de corrupción, ¿Quién gana? El presidente López Obrador y sobre todo gana México, al caer el velo de intocables de los gobiernos y sus secuaces.