Es evidente que es algo voluntario el que uno siga el camino de la virtud o del vicio Aristóteles, Gran Ética.
En los albores de la cotidianidad mexicana se estila “suavemente” la no fácil tarea de hacer política de esa, que logra resultados comunes, que aspira a resolver las temáticas múltiples que aquejan al ciudadano de a pie, esa política aspiracional que no vemos, hoy día y por desgracia, no resuelve en mucho o poco, las necesidades y vicisitudes que arrastramos hace décadas.
Tan muchas son las ganas de respirar la cuestión política sin contaminación como lo es también, la esperanza de alcanzar un México justo, transparente, limpio y sano en la cosa pública; sin embargo de eso no se ocupan las y los ciudadanos, no, eso es menester de que se ocupen las y los políticos en todas la representaciones que existan en la función pública de los tres poderes y de los tres niveles de gobierno.
Pues en la última semana le ha pasado al país, como en botica, hay de todo y sería ocioso comentar tema por tema, pues ya es del conocimiento de la opinión pública, las marionetas que se han exhibido, y parece que será un capítulo más de la telenovela mexicana, y no sé si tenga final feliz.
Lo que si se, es que en nada abona, para bien de nadie, ¿o sí? el que nos estemos una vez más a nivel nacional y creo internacional, exhibiendo como un país que no logra aun concretar la estabilidad y bonanza del entendimiento entre unos y otros funcionarios actuales y pasados, y de diferentes cortes ideológicos y políticos. No, no se ve nada positivo, más bien se nota lo negativo, la pelea otra vez, de dimes y diretes, de lanzar la piedra y esconder la mano, de retórica, de mentiras, de acusaciones, falsas y no, pero sobre todo de un bajo nivel de política de la buena.
Dónde están los buenos políticos que hacían consenso, antes le llamaban concertaciones, hora será negociaciones ocultas a luz pública, vaya usted a saber por qué; lo que si se presume es un bajo nivel de resultados, nada halagador para lo que necesita el país, por si algo nos faltaba en estos tiempos de crisis.
A menos de 11 meses para la votación del 2021, se asoman las mismas prácticas nocivas para recrear la buena política, mostrar interés en denostar al otro, no es ni será el mejor camino para convocar al ciudadano a participar a sufragar con mejor información y análisis de su decisión al votar.
Es tiempo de proponer con ideas claras, realizables y pertinentes, lo que se quiera para superar viejas y trilladas funciones utilizadas en el quehacer de la política; pensar en el bien de las personas para las que se quiere gobernar, antes del propio, y no caer una vez más, en la tentación de la propaganda negra o la contra propaganda.
Cómo hacer para que nuestra clase política se tome en serio su desempeño, en forma correcta y le inyecte ese valor universal llamado ética profesional. Pues Aristóteles (el filósofo) sostuvo que la ética no estaba separada de la política.
Hay que ponerlo en la palestra de las y los contendientes a la siguiente elección. La ciudadanía demandará con oportunidad de buenas personas y además con preparación idónea para elegir de entre ellos, a las y los mejores candidatos, todos deben mostrar de qué están hechos y qué desean hacer con este todavía actual México que por décadas trae consigo los mismos pesares. Nuevas aristas vendrán, razonemos y hagamos razonar, tienen que venir mejores tiempos. Observemos y actuemos.