Por: Xavier Marconi Montero Villanueva
Hay cosas en la vida, que por más que busquemos respuestas, no tienen explicación, y estamos ante una situación como éstas; el asesinato de Jorge Aristóteles Díaz no tiene razón de ser; era un buen amigo, con buen corazón, con una profunda lealtad por la palabra empeñada y respetado por muchos de quienes lo conocimos, algunos inclusive pertenecientes a partidos políticos distintos al PRI.
Un hombre que supo ganarse la amistad de propios y extraños, por ser de una sola cara, franco, siempre encarando los retos de frente y nunca amedrentado ante los enormes desafíos que enfrentó, y que siempre le permitieron decir con certeza, sí se puede, logró muchas cosas en poco tiempo por su convicción de que nada es imposible.
Nos conocimos desde muy jóvenes y tuvo desde siempre una clara visión de lo que debe ser la política y el servicio público, supo ejercer un liderazgo moderno y diferente, donde tuvo la inteligencia de impulsar nuevas generaciones, entreverándolas con la experiencia y capacidad de diversos miembros de la clase política de Jalisco.
Es su liderazgo y su visión de futuro, la que permite impulsar el renacimiento del Partido Revolucionario Institucional, después de 18 años en la oposición, para regresarlo a encabezar el Gobierno, primero como Alcalde de Guadalajara y después ganando la Gubernatura de Jalisco en 2012.
Hoy se trunca la vida de un político que tenía todavía mucho que dar a su Estado y a su país, su muerte nos llena de coraje y de impotencia, que sea de una manera artera, cobarde, injusta e inaceptable; que nos indigna porque no debemos permitir que la violencia y la falta de seguridad sea un tema que se normalice en nuestra sociedad y nos obliguen a acostúmbranos a ella.
¡Como Jaliscienses decimos, YA BASTA!, ya basta de inseguridad, ya basta de vivir con miedo, ya basta de impunidad y de tanta injusticia.
Las autoridades del Estado deben esclarecer rápidamente de este artero crimen, y castigar a los culpables, en un momento donde el clamor de todos es, sí eso le puede pasar a un Ex Gobernador, que podemos esperar cualquier ciudadano normal.
Hoy queda claro que queremos tener confianza en las autoridades para que éstas generen tranquilidad a los jaliscienses y sus familias, pero por hoy eso no es posible.
Jalisco requiere de un gran pacto jurídico, político y social con el concierto de todos los sectores sociales de la entidad para discutir y generar una reforma estructural que permita que nuestra entidad viva con seguridad, con paz, con cero impunidad y en un estado de derecho.
El fallecimiento de Jorge Aristóteles Sandoval debe servir para que en Jalisco no se vuelvan a repetir estos lamentables hechos, y que todos tomemos nuevamente conciencia de que tenemos que hacer algo, que nuestras próximas generaciones no pueden ni deben estar destinadas a vivir con miedo y que tenemos derecho a vivir mejor.
Ese debe ser el mejor homenaje en recuerdo de Jorge Aristóteles Sandoval.
